domingo, 17 de octubre de 2010

El Clan de Kiara

Aunque la vida del campamento es más bien nocturna los viajes siempre se emprenden de día, todos sabéis de los peligros de los caminos, pero tras meses de marcha con escasos descansos el aburrimiento empieza a hacer mella en ti y hace días que no consigues una fantasía nueva que escribir en el diario.
En Castilla el camino es polvoriento y el sol cae como un caldero que se derrama, con este clima se entiende que Jícara tenga su carro tan bien cerrado como un sobre con lacre, observas, aunque la verdadera razón es para protegeros de las cosas que puede guardar ahí.
Las mujeres del Clan, con Jícara a la izquierda y Kiara al fondo.

Durante el viaje el grupo de Pietros no ha reparado casi en ti, aún mejor, estabas empezando a hartarte de sus miradas esquivas y su cara recia. Pietros un hombre moreno y velludo de edad indefinida fue el primero de ellos que te vio, paralizada en un sendero a las afueras de un pueblo italiano cuyo nombre no recuerdas, él te llevó hasta Jícara, y él cuidó de ti con ella, fue el primer nombre del campamento que aprendiste y no aciertas a comprender que le está pasando este último tiempo, que ya no comparte contigo sus historias de brujas, que pone una mueca cada vez que sales al escenario... Quizás debieras hablar con él, quizás sólo esté celoso porque ahora eres tú mejor. Según cuentan él fue el protegido de Jícara un tiempo, todos creían que sería el líder, y sin embargo parece que Jícara está dispuesta a saltarse una generación y pasarte a ti el relevo.

Pasando por Brihuega a unas 4 jornadas de viaje hasta Villaluenga de la Sagra, que sería nuestro destino, nos detuvimos varios días a reposar los caballos...

Mario y el mocoso.
Estaba anocheciendo, era el primer día junto a un arroyo desde no recordaba cuanto y Rosmarie, Lazlo, Mario y yo habíamos pasado el día bañándonos allí. Llevamos peces al campamento y ni comimos de la alegría de poder mover las piernas en algo fresquito. Volvíamos cansados y felices y los chicos decidieron dar una vuelta por el pueblo mientras yo me hacía la rezagada para escribir una buena historia en mi cuaderno. Busqué un escondite debajo de un carro y...

Jícara hablaba con Pietros desde su carromato ¿No podías esperar chiquillo?, Perdona señora la carta era urgente me la trajo un criado de Domenico, Pasa, pasa entonces que la lea...

Pietros
¿Cartas urgentes? Podía sentir la emoción corriendo por la punta de mis manos, haciendo un esfuerzo enorme por seguir escuchando, guardé mi cuaderno y repté hasta debajo de su carro­mato. Maldita protección... la parte de abajo también estaba forrada y el sonido salía leve y amortiguado

Villaluenga de la Sagra dice aquí... bueno, esto es todo lo que tienes que saber Pietros todavía no hemos llegado al final del viaje, Pero señora los niños están cansados, Allí descansarán además dice Domenico que para cuando lleguemos empezará una cacería nos vendrá bien para recuperar dinero, ha sido un viaje caro, ¿Algo más señora?, ¿Has comido Pietros, estás sano?, Oh... sí señora, por supuesto, Bien...
Durante unos momentos no oíste nada más, luego la voz de Pietros algo más débil preguntó ¿Señora...? Los niños... la mayoría de ellos ya tiene edad para saberlo, y no se ha iniciado a ninguno, ¡Pietros! Yo decido cuando deben enterarse recuerdalo, Pe... pero no pueden ser de la familia así..., Son mí familia y no tengo porqué decirte más, reposa esta noche. Mañana tendrás un mensaje para Domenico en persona.


El padre y el hermano de Lazlo con el carro de fondo.

Kiara y Rosaline hace años.

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